La
leche
de
cada
especie
es
un
alimento
completo
exclusivamente
para
los
lactantes
de
hasta
seis
meses,
cubriéndoles
sus
necesidades
nutricionales
en
esa
etapa
de
su
vida
y
no
cuando
son
adultos
ni
tampoco
la
de
otra
especie
ya
que
sus
características
nutricionales
son
completamente
diferentes.
A
partir
de
los
6
meses
de
edad
se
debe
complementar
la leche materna con otros alimentos, preferentemente de origen vegetal.
De
todas
las
leches,
la
humana
contiene
ácidos
grasos
(monoinsaturados,
poliinsaturados)
imprescindibles
para
el
desarrollo
del
cerebro,
y
poco
calcio
y
proteínas
a
diferencia
de
la
de
vaca
que
tiene
tres
veces
más
de
calcio
y
proteínas,
y
unas
moléculas
grandes
de
grasa
que
hace
que
su
digestión
sea
bastante
lenta.
Hoy
día
se
recomienda
eliminar
o
limitar
la
grasa
de
la
leche
de
vaca
de
nuestra alimentación ya que en ella abundan los ácidos grasos saturados y un elevado porcentaje de colesterol.
Hay
diferencias
en
la
clase
de
proteínas
y
su
configuración
ya
que
la
leche
humana
tiene
un
80%
de
proteínas
del
suero
y
un
20%
de
caseína
y
al
contrario
en
la
de
vaca
por
lo
que
se
fomentan
las
procesos
infecciosos
en
el
intestino
al
neutralizar
la
caseína
procedente
de
la
vaca
la
acidez
del
estómago.
Así
mismo
la
alfa-caseína
abunda
en
la
de
vaca
junto
a
otra
proteína
que
es
la
beta-lactoglobulina
que
no
se
halla
en
la
humana,
y
la
beta-caseína
abunda
en
la
humana.
Esa
beta-lactoglobulina
va
a
generar
una
sensibilización
prematura
en
el
intestino delgado ya que nuestro cuerpo no la metaboliza y da lugar a procesos alérgicos, eccemas y asma, entre otros.
El
alto
contenido
en
proteínas
y
hormonas
del
crecimiento
de
la
leche
de
vaca
hacen
que
su
cría
doble
su
peso
en
50
días
a
diferencia
de
un bebé que necesita 180 días.
La
leche
humana
tiene
cuatro
veces
menos
calcio
que
la
de
vaca
propiciándose
así
la
absorción
de
la
grasa
a
nivel
intestinal.
El
incremento
en
la
leche
de
vaca
del
calcio
y
de
unas
siete
veces
más
del
fósforo
genera
a
nivel
parotídeo
un
estímulo
constante
que
conlleva
una
eliminación del aumento de fósforo a nivel de la orina.
Sustancias contaminantes en la leche de vaca:
Metales pesados tóxicos (cadmio, plomo, mercurio), Micotoxinas,
Hidrocarburos clorados: afectan al sistema inmune, son cancerígenos. Entre ellos tenemos los dibenzofuranos y dibenzodioxinas
policloradas.
Productos para la desinfección, detergentes, antiparasitarios.
Residuos
medicamentosos:
en
caso
de
utilizarse
medicamentos
para
tratar
las
infecciones
de
las
vacas
hay
que
respetar
un
tiempo
para
su
ordeño,
pero
esto
suele
incumplirse
y
los
veríamos
en
la
leche
generando
resistencias
bacterianas
o
bien
alergias
en
las
personas.
Productos
fitosanitarios
como
insecticidas,
acaricidas,
fungicidas,
herbicidas.
Esos
pesticidas
al
hallarse
en
pastos
y
forrajes
serán
ingeridos por las vacas pasando a su tejido adiposo y de ahí a la leche donde serán consumidos por las personas.
Sustancias radioactivas (Radionucleidos): Sr- 90 , Cs-134, Cs-137, Y-131
Somatotropina
bovina:
hormona
que
inyectan
para
incrementar
la
producción
de
leche
en
un
15-20
%,
y
como
efecto
secundario
les provoca una menor excreción urinaria. Cierta cantidad de la misma se excreta con la leche.
Virus como el VHA y Polio.
Bacterias
patógenas:
Salmonella
typhi,
Streptococcus
pyogenes,
Brucella
abortus,
E.
coli,
Mycobacterium
bovis,
Shigella
dysenteriae, C. diphteriae, Vibrio cholerae, Campilobacter jejuni y Listeria monocytogenes.
Bacterias no patógenas: acidobutíricas (Clostridium), productoras de enzimas (Bacillus, Pseudomonas), acidolácticas
(estreptococos y lactobacilos), coliformes (Géneros de Escherichia y Enterobacter).
Esas
mismas
sustancias
contaminantes
que
se
hallan
en
la
leche
también
se
van
a
encontrar
en
el
queso
junto
a
colorantes,
conservantes,
fosfatos, aditivos, tiramina con efecto hipertensivo, hidrocarburos aromáticos policíclicos, antibióticos.
La
leche
incrementa
el
riesgo
de
sufrir
ataques
cardíacos
si
se
consume
en
exceso
ya
que
con
los
microglóbulos
de
grasa
que
se
liberan
al
hacerla
pasar
por
unos
filtros
muy
finos
a
elevada
presión
durante
el
proceso
de
homogeneización
va
a
pasar
intacta
por
las
paredes
intestinales
la
enzima
xantín-oxidasa.
Esa
enzima
pasa
a
la
sangre
y
destruye
a
nivel
cardíaco
ciertos
componentes
de
las
membranas
celulares.
Desventajas del uso como alimento de la leche de vaca
Desventajas debidas a las proteínas
Conforme
envejecemos
desciende
la
enzima
renina
gástrica
encargada
del
inicio
de
la
hidrólisis
de
la
caseína
por
lo
que
éstas
pasarán
al
intestino
parcialmente
digeridas
ya
que
la
leche
neutraliza
la
acidez
del
estómago.
En
algunas
personas
se
acumulará
esa
caseína
no
hidrolizada
en
los
folículos
linfáticos
afectando
a
la
absorción
de
otras
sustancias
y
produciendo
trastornos
intestinales
de
diferente
tipo.
Se
producirán
vómitos,
diarrea,
cólicos
y
otros
trastornos
como
bronquitis,
urticarias,
eccemas,
etc.
motivados
por
la
sensibilidad
a
esas
proteínas de la leche.
Esas
fracciones
de
caseína
no
hidrolizada
si
atraviesan
las
paredes
del
intestino
se
unirán
a
los
anticuerpos
producidos
por
los
linfocitos
B
de
la
mucosa
intestinal
dando
lugar
a
complejos
antígeno-anticuerpos
para
que
la
absorción
sea
mínima.
Si
se
altera
ese
proceso
se
produce
un
paso
de
los
complejos
al
hígado
para
que
sean
neutralizados
y
si
no
se
logra
pueden
obstruir
los
capilares
sanguíneos
al
permanecer
anexionados
o
bien
se
transportan
al
bazo
donde
actuarán
los
linfocitos
T
supresores.
Si
igualmente
éste
último
no
puede
neutralizarlos van a sobrecargar el riñón al intentar eliminarlos a su través o bien irán a los líquidos intersticiales perturbándolos.
Normalmente no se da ese proceso sino que serán inmovilizados a nivel intestinal y eliminados por las heces.
La
β-lactoglobulina
y
la
caseína
son
muy
inmunogénicas
ya
que
activan
al
sistema
inmune
a
producir
numerosos
anticuerpos
y
complementos
antígeno-anticuerpos.
Esas
proteínas
pasan
al
torrente
sanguíneo
en
su
totalidad
en
personas
con
déficit
de
Inmunoglobulina
A
y
favorecen
la
aparición
de
procesos
relacionados
con
la
autoinmunidad
como
el
lupus
eritematoso,
la
artritis
reumatoidea, etc. además de un incremento de la vulnerabilidad a las infecciones.
Desventajas debidas a la lactosa
Intolerancia
a
la
misma:
al
faltar
o
estar
en
menor
cantidad
la
lactasa
no
se
hidroliza
adecuadamente
la
lactosa
en
galactosa
y
glucosa.
Esa
lactosa produce flatulencia, náuseas, meteorismo, diarrea, calambres, aumento del nitrógeno, etc.
Se
puede
apreciar
en
análisis
de
laboratorio
que
las
heces
muestran
indicios
de
sangrado
a
nivel
intestinal
por
la
irritación
provocada
en
los mismos por los productos que aparecen al fermentar la lactosa, manifestación que no es apreciable a simple vista.
Los
metales
pesados
(plomo,
aluminio,
mercurio,
cadmio,
etc.)
van
a
ser
fácilmente
asimilados
por
la
lactosa
por
lo
que
el
organismo
se
intoxicará aún más con el consumo de los lácteos.
Otra
consecuencia
del
consumo
de
lácteos
debido
a
la
galactosa-l-fosfato
es
su
relación
con
el
cáncer
ovárico
al
afectarse
las
células
ováricas.
Debido
a
la
gran
cantidad
de
lactosa
en
la
leche
se
ha
visto
que
los
productos
desnatados
están
más
relacionados
con
problemas
de
cardiopatías que la relación que se ha venido manteniendo entre los problemas cardíacos y la grasa láctea.
Se
ha
visto
en
individuos
sensibles
a
la
galactosa
una
propensión
a
desarrollar
cataratas
por
lo
que
se
ha
considerado
a
dicho
azúcar
como cataratogénico.
Desventajas debidas a la grasa de los lácteos
Debido
a
los
diferentes
procesos
industriales
como
la
homogeneización
se
favorece
un
incremento
en
las
cifras
de
colesterol
y
en
la
entrada
en
el
torrente
sanguíneo
de
grasas
saturadas
al
pasar
éstas
sin
digerir
por
ser
de
muy
pequeño
tamaño.
Esos
ácidos
grasos
de
cadena
media
no
pasan
vía
linfática
al
entrar
de
un
modo
directo
en
la
sangre
por
lo
que
su
absorción
resulta
más
fácil.
La
leche
y
sus
derivados
van
a
desencadenar
procesos
inflamatorios
al
contener
ácido
araquidónico,
ácido
graso
esencial
poliinsaturado
de
la
serie
Omega-6, que es precursor por la vía de la ciclooxigenasa de prostaglandinas PGE 2 que producen vasodilatación y dolor.
Otras desventajas
La
ingestión
de
lácteos
lleva
a
ulceración
gastroduodenal
ya
que
inicialmente
disminuye
la
acidez
pero
se
genera
más
ácido
de
rebote
tras
su ingestión.
Produce
igualmente
en
individuos
susceptibles
diarrea
o
estreñimiento
en
alternancia,
empeorando
la
colitis
ulcerosa,
el
colon
irritable
otras enfermedades intestinales.
Los lácteos van a reducir la absorción del hierro de otros nutrientes por lo que van a generar anemia ferropénica.
Puede ocurrir una intoxicación por vit. D debido a un exceso de la misma al añadirla.
Una
ingestión
usual
de
lácteos
se
ha
vinculado
con
la
presencia
de
varios
tipos
de
procesos
cancerígenos
como
el
cáncer
de
mama,
linfoma,
próstata,
ovario,
intestinos,
etc.
Diversos
estudios
como
los
realizados
en
la
Universidad
de
Bergen
durante
más
de
10
años
vieron
que
los
consumidores
de
dos
o
más
vasos
diarios
tenían
un
porcentaje
3,5
veces
superior
de
desarrollar
linfomas
que
aquellos
que
consumían
menos
de
uno.
Así
mismo,
en
el
Instituto
de
Investigaciones
Mario
Negri
concluyeron
que
la
ingestión
usual
de
leche
y
derivados incrementaba la probabilidad de generar carcinoma prostático.
La
hormona
Somatotropina
usada
para
incrementar
la
producción
láctea
estimula
que
se
produzca
IGF-1,
que
es
un
factor
de
crecimiento
semejante a la insulina, y que se vincula al desarrollo de tumores varios como el de mama y tiroides, entre otros.
Alternativas a los lácteos
Puesto
que
la
leche
es
sólo
necesaria
en
las
primeras
etapas
de
la
vida
de
cualquier
mamífero
podemos
renunciar
a
la
misma
sin
manifestar
carencia
alguna.
Estamos
muy
preocupados
por
el
aporte
del
calcio
como
nos
intenta
vender
la
industria
lechera
y
la
publicidad
sin
hacer
mención
a
otros
constituyentes
de
los
huesos
que
son
igualmente
importantes,
de
otro
lado
está
una
especie
de
necesidad psicológica de amamantamiento
diario.
Hay
numerosos
estudios
que
muestran
el
efecto
desmineralizante
de
los
lácteos
en
las
personas,
algo
totalmente
contrario
a
la
creencia
de
que
los
mismos
previenen
la
osteoporosis.
Por
ello,
si
deseamos
hacer
una
suplementación
de
sustancias
minerales
como
el
calcio
y
otros
elementos
deberíamos
acudir
a
las
llamadas
"leches
vegetales"
que
son
bebidas
que
se
obtienen
de
sustancias
diversas
como
la
avena, almendra, chufa, espelta, quinoa, amaranto, sésamo, avellana, nueces, etc.
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